Hoy hablamos con Carlota López, adjunta de dirección de Grupo Aresa. Grupo Aresa tiene un papel importante dentro del proyecto Nirs2Custom, ya que se trata del promotor de este Grupo Operativo.
Grupo Aresa es un grupo agrícola ganadero con más de 50 años de historia. Su actividad principal es la importación, fabricación y comercialización de fertilizantes. Aresa comercializa fertilizantes sólidos y líquidos y productos avanzados tecnológicamente, utilizando aditivos patentados. Además, ARESA desarrolló una gama de productos especiales con certificación ecológica, Fertiland ECO. Aresa también dispone de materias primas para la alimentación de animales con garantía de calidad y naturalidad.
Para las personas que no conocen el Grupo Aresa, podrías contarnos a qué se dedica y en qué consiste el modelo de negocio?
Grupo Aresa es un grupo de comercialización de insumos del sector agroganadero. Tratamos de dar un servicio integral tanto a agricultores como ganaderos tanto en la nutrición de sus cultivos como en el cuidado de sus animales. Forman parte del Grupo Aresa: Aresa, que se dedica al desarrollo y distribución de soluciones de fertilizaciones, y Cecoagro, que tiene un componente de alimentación animal, fitosanitarios, plástico de ensilaje, etc… y una cadena de tiendas (Todocampo) que son las tiendas de venta al público de todos estos productos. Tenemos un equipo de técnicos que trata de solucionar los problemas que surgen en las explotaciones, y en esta línea surge este proyecto.
¿Cuál es el papel de ARESA dentro del proyecto NIRS2CUSTOM?
Tratamos de dar un servicio de recomendación a los clientes, y conocer las necesidades de sus cultivos y de su terreno, brindándoles los cultivos que el terreno necesita. En esta línea, buscábamos una herramienta que permitiera medir en tiempo real e “in situ” los parámetros nutricionales de la tierra para ver cómo mejorar esa recomendación, y hacer la fertilización más sostenible ambientalmente y también económicamente, para que no se aporte nada que no sea necesario. Mediante espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS) puedes determinar en tiempo real e in situ, cuáles son las necesidades de fósforo, nitrógeno y potasio de cada terreno. Luego pretendemos dotar a este de una capa de inteligencia artificial que nos permita detectar desviaciones significativas y hacer una recomendación de abonados efectiva, que se pondrá al servicio de nuestros clientes.
¿Qué impacto crees que tendrá este proyecto en el futuro?
Hoy en día, el análisis del suelo es imprescindible, pero es costoso y lento. Este sistema facilitará mucho la medición de esos parámetros: será en tiempo real, de una forma mucho más económica, facilitará la sostenibilidad de los cultivos y la sostenibilidad económica de las explotaciones de tal forma que se aportará solo lo que realmente necesitan. Todo esto va en línea con la capacidad de mejora que tiene el mundo rural con la tecnología.
¿Cuál es el mayor desafío o la mayor complejidad con la que os habéis encontrado hasta ahora?
Estamos desarrollando una tecnología que no se aplica en la determinación de nutrientes del suelo, entonces tenemos que hacer un trabajo cooperativo, con muchos representantes y con una buena base de datos, para que sea lo más confiable posible. Tenemos que conseguir que los datos devueltos por la herramienta sean totalmente fiables.
¿Cuál crees que es el aspecto más innovador o disruptivo de este proyecto?
Esta tecnología no está preparada para la determinación de los nutrientes del suelo, lo que es disruptivo es la rapidez, inmediatez y confiabilidad en la determinación de los parámetros del suelo.