La fertilización de cultivos es el proceso de aplicar nutrientes al suelo para ayudar en el crecimiento y desarrollo de las plantas. Estos nutrientes pueden obtenerse a través de la fertilización orgánica, como el estiércol y los residuos vegetales, o a través de la fertilización química, utilizando productos químicos específicos para proporcionar los nutrientes necesarios. Es importante utilizar una técnica adecuada de fertilización para evitar la sobrefertilización, que puede dañar el medio ambiente y los cultivos. Para esto, se debe analizar el tipo de suelo antes de fertilizar, ya que cada tipo de suelo tiene diferentes características y necesidades de nutrientes. El análisis del suelo proporciona información sobre la cantidad de nutrientes presentes, el pH del suelo y la estructura del suelo, lo que ayuda a determinar qué nutrientes y en qué cantidades son necesarios para mejorar la fertilización.
El análisis del suelo es una herramienta esencial para la planificación de la fertilización, ya que ayuda a determinar las necesidades específicas del suelo y a aplicar los nutrientes adecuados en las cantidades correctas, lo que mejora la eficiencia de la fertilización y ayuda a maximizar el rendimiento de los cultivos. El desarrollo de una metodología rápida y barata como es la utilización de la técnica NIRS para la determinación rutinaria de parámetros de fertilidad del suelo y valor fertilizante de las deyecciones se muestra como un elemento importante en la gestión de los sistemas agrarios, sobre todo, en el contexto de la sostenibilidad.
La fertilización y el suelo son temas complejos que están en constante evolución y en los que se están descubriendo nuevos conocimientos cada día. Es importante estar actualizado y aplicar las mejores prácticas para lograr una agricultura sostenible.